El tiempo pasa volando. Hace ya 13 años, en un otoño como este, fui arrastrado como comúnmente me sucedía, por algunos buenos amigos a un pequeño teatro, o era mas bien un salón de actos, de la villa riberiega de Carrizo. La excusa era celebrar los avatares de Caitanu Álvarez Bardón, quién un siglo antes había publicado la primera obra moderna en lengua leonesa. Recuerdo que era noche cerrada, de esas que no dejan pasar ni un ápice del resplandor de la luna, y que terminamos en la calle con un frio de mil demonios esbillando unas castañas del magosto. A todo aquello lo llamaban la Bardoniana, y había gentes de esas que con cariño y entrega siempre han amado la lengua vernácula. Se sabían pocos y eso también obliga a una cierta piña. Pues bien, hace apenas unas semanas uno de aquellos amigos me escribía para decirme que quería organizar una nueva Bardoniana, y que yo no podía faltar, que tenía que echar unos cantares en leonés «de esos que cantas tú», me dijo. ¡Home por dios, no se me ocurriría faltar! le conteste yo, y aquí me tenéis escribiendo unas líneas para contaros que allí estaré, y que espero pasarlo tan bien como la última vez. La cosa tiene que ser íntima, así que iré en formato solista, actividades hay todo el fin de semana pero mi conciertín será el viernes 22 de noviembre, empezaré como siempre un poco tarde, pero esta anunciado para las 20:00 horas, y como exige la metereología será al cobijo de la Casa de Cultura de Carrizo de la Ribera. Pero esto solo es lo mio…hay mucho mas…y debéis, en el caso de que tengáis curiosidad, consultarlo en este enlace que aquí vos dejo.