Allá por finales de 2021 comenzábamos el que fue nuestro tercer concierto en formato trío con esta pieza del repertorio del alto Torio a la que llamábamos, y aún lo hacemos, Argollana. Es una ronda, de las antiguas, de las que pasan desapercibidas en este mundo regido por otros gustos, con una pulsación interna hermosa donde las haya, porque las cosas sustanciales se crían con tiempo; no hay otra manera. Y con ella cerramos esta serie a la que di en llamar «León, hora cero» en homenaje a mi admirado Astor Piazzolla, y que nos ha dado seis piezas de los comienzos de esta aventura mía en soledad acompañada, cuyo destino era a todas luces acabar sumergidas en un mar de abandonos y olvidos que es mi penitencia. No lo quiso así ese perro destino, y lo dejó caer como con indeferencia, a ese otro mar, un océano mas bien, al que llamamos Youtube. Pareciera una venganza…En fin, a buen seguro que a algunos os gustará. A otros no, como es normal…pero ahí queda para recordar a este humilde pelegrín que es débil e imperfecto, y que ya es tiempo de ir poco a poco asumiéndolo…