Creo que ya lo dije en esta página alguna vez: agosto frio al rostro. Apunta hacia lo seruendo, ya se intuye de a ratos la levedad de una luz postrera, tenue como el tintineante último fulgor de una estrella que languidece. Se percibe en lo efímero de los encuentros de las paisanas a la atardecida, que se recogen porque empiezan a notar un noseque en los huesos, y se dicen unas a otras que ya se conocen los días, como lo dicen a últimos de enero. Así ha sucedido siempre, y así seguirá sucediendo, en este ciclo de memorias que no son más que un eco de la muerte que va poco a poco royendo la vida. Sentir cómo le entra a uno una murnia por los pies que le invade el corazón, pero es dulce como un beso inesperado de juventud, y produce un suave gozo en el alma. Mas no se puede ocultar la condición de animal como ser humano, que se reconoce así mismo en una suerte de abandono que lo reafirma… Por eso, y sabiendo que no somos ajenos a lo que aquí se ha dicho, más incluso si es verdad que por músicos pudiera ser que una sensibilidad más profunda tuviéramos, caemos en el amoroso vicio de juntarse por estas fechas. Los que de nuevo tienen de nuevo y los que de viejo gustan de reencontrarse. Así es cómo de a poco vamos sintiendo estos últimos conciertos del mes, como este que hoy aquí he venido a contar de la Casona de Sierra Pambley en el muy hermoso lugar de Villablino, que acontecerá en el presente mes, día 30 pa más señas, del trío (Jaime, Sofia e mais eu) con Víctor M. Diez, y que se hará efectivo exactamente a las 20:30 horas del mencionado día. Quede dicho aquí, en este extraño verano de fuegos que ha ido destruyendo con su afilada mano la tierra que habitamos. Su obstinado empeño es mi memoria.
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Concierto de RM en formato solista en Castellanos.
Sentí una vez un cantar, siendo bien niño, que decía algo así: «Vuelvo al sur, como se vuelve siempre al amor, vuelvo a vos, con mi deseo, con mi temor…» Debía ser Goyeneche, o !no¡, era una mujer… no recuerdo bien. Pero esa querencia tan profunda por el sur (si no escucharon la canción, háganlo) me hizo pensar en qué era para mi el sur, un lugar al que rara vez mirábamos. Con el tiempo fui conformando una imagen de esa tierra ignota, que distaba mucho de la que a menudo me encontraba entre la mayoría de las gentes que conocía. El sur es un lugar hermoso. También lo es el de nuestra provincia, que toma forma definida por ejemplo en los oteros, o en los campos góticos, o como en este caso, en el lugar al que me encaminaré en los próximos días: Castellanos, un pueblín al que arribaré (todavía no sé si solo o acompañado) el martes 12 de agosto para ofrecer otro de mis conciertos. A las 20:00 horas. En la iglesia. «Sueño el sur, inmensa luna, cielo al revés…»
Rodrigo Martínez en Santa Olaja del Porma.
Yo ya no se que mas mentiras contaros para que no se os haga farragoso el tema este de anunciar los conciertos. Sois un buen puñado los que estáis suscritos a la web y os llegan estas noticias, y muchos los que además tenéis la osadía de leeros lo que este pobre animal escribe aquí, unas veces con más suerte que otras…y ya no sé qué contaros, o cómo contároslo… Seré por una vez aséptico. Este domingo 10 de agosto a las 20:00 horas, ofreceré un concierto en la iglesia de Santa Olaja del Porma. Si nada se tuerce será en formato dúo junto a mi buen amigo y gran violinista Jaime del Blanco. Quede dicho así, como un telegrama, sin fórmulas de cortesía, ni aditamentos inútiles.
Rodrigo Martínez Dúo en Argovejo.
Dice un amigo mio que debió de estar de pastor por allí, que cuidao si vamos a Argovejo, que hay que pasar el puente y se sabe cuándo se pasa pa allá, pero no cuándo será la vuelta, y este no es un comentario sobre los peligros del camino sino sobre lo acogedores que son en el lugar, y lo que les gusta la xácara. ¡No hay cuidao!, porque iré acompañado de uno de Lois que toca el rabiolín y conoce los atajos si hubiere que escapar. Si sois de los intrépidos que no tienen miedo al folk deconstruido que vamos a tocar, os diré que estaremos allí el próximo sábado 9 de agosto, y que arrancaremos las primeras notas de nuestro recital a eso de las 19:30 h. Más aún, diría que va a ser un concierto especial no solo porque no es el dúo acostumbrado, sino porque estaremos en casa, y eso suele ser cosa buena. Averaivos los pastores…¡¡que más os puedo decir!!.
Rodrigo Martínez en el Encuentro de música tradicional de Felechas.
Home!!. A mi me prestaría que se armara una gorda, que se viniera Jaime a echar unas piezas con el vigulín, no se, algún colaborador mas de última hora, etc…en definitiva que lo pasáramos de lo lindo todos. Y la cosa apunta maneras porque es en Felechas, en el mítico Encuentro de música tradicional, que lleva muchas ediciones y que en los últimos años ha tenido un revulsivo en la figura de Vasi… Además va a ser el viernes 1 de agosto, que es mas para los de casa, para los músicos y allegaos… y mas íntimo porque cedioren la egresia, que estará mas fresco y mas todo… Yo creo que puede estar bien guapo… Por cierto será a las 20:30h, y luego algo de condumio nos darán… No hagáis el bobo y tirar pa allá. Post Scriptum: Me dijo un pajarín que se venia a tocar un par de piezas desde lejanas tierras el tio Juanfran, un maestro de la flauta y el bouzouki. ¡No! Si ya lo decía yo…
Rodrigo Martínez en formato solista en Villafeliz de la Sobarriba
Voy solín pero voy contento porque siempre que toqué en la Sobarriba me recibieron como a uno de casa. Además, y aparte de esa cosa romántica que tiene la soledad, hay algo especial en ese espacio emocional que es la Sobarriba y que va mas allá de su física geografía. Para mi era, a lo primero, el lugar que tras el rio gordo, el Porma, nos defendía de la capital. Cruzar el monte, pasar el rio Porma, y mas allá de la carretera principal se extendía esa tierra ignota para mi en aquel momento. Nunca llegué con la bici, y he de decir que no eran raros otros destinos mas lejanos como, ¡yo que se!, por ejemplo Lugan, la Ercina, o incluso Prioro. Huíamos de las carreteras porque siempre nos habían dicho que los coches eran peligrosos…en aquellos tiempos era así, el monte no era peligroso, solo nos decían que tuvieramos cuidado, pero ¡los coches!!!, ¡Ay mamina! los coches eran temidos… se les tenia mas miedo que a una nube, y por eso la carretera era una raya que rara vez atravesábamos, y en tal caso, era eso, un atravesarla y salir de ella cuanto antes. Nuestro lugar era el monte. Conocíamos los caminos y las fuentes, las lagunas y los arboles, cada piedra un poco mayor de lo normal, y los abeseos en el verano, o las vallejas resguardadas para el invierno. Tampoco es que fuera raro, pues era lo que había: monte. Por eso, yo tardé en conocer la Sobarriba casi tanto como tardé en conocer Cabreira. Pero algún tiempo después se convirtió para mi en un lugar de peregrinación cada vez que, ya desde mi casa en León, se barruntaba la truena en aquella dirección. Y es que parecía que se caían trozos del cielo entre las nubes negras. Venían preñadas de un agua que se escapaba por los rotos, con jirones de una luz diferente a la de Babia pero también muy poderosa. Está tan alta la Sobarriba que se depositaban suavemente sobre el terreno, y por eso, porque era hermoso como pocas cosas, yo me adentraba a sus tierras entre los rayos con mi coche, para quitar ese miedo atávico de mi casa a las tormentas y ver por entre las brechas de las nubes como se derramaba algún trozo del paraiso. Uno de esos lugares era Villafeliz, como un nombre del destino, y por eso tocar allí me presta por partida doble, en las Highlands, que así lo llamaba yo, y que es como de hecho se llama: La Sobarriba. Así que, y ya resolviendo esta terrible homilía, allí me iré yo a tocar este próximo sábado 19 de julio, a eso de las 21:00 horas, y habrá mas cosas, he oído pendones, y algo de zuzaina, una lectura de los decreta…y bollos preñaos, ya se sabe que algo de manduca es lo que se estila en estas fiestas. Será al aire libre, y esperemos que sea otro el día en el que disfrutar de esas tormentas de las que os estaba hablando.
Rodrigo Martínez Trío en el ciclo «Roma en el espejo».
La cosa es que vamos a aterrizar en el ciclo «Roma en el espejo». Los tres. El trío. Sofía Miguélez al curdión, Jaime del Blanco al vigulín y un servidor con el bouzouki y otros aperios. Pero no vamos a estar solos porque a lo primero del concierto seguro que se va a sumar Víctor M. Diez al asunto, y esto no es cosa menor. Para los rezagados que aún no conozcan el ciclo «Roma en el espejo», quede dicho aquí de una vez por todas que es un evento altamente recomendable y de gran interés al que todos los años acuden artistas de calidad cuanto menos excelente, y que por eso, y aunque no lo merezcamos, nos hace mucha ilusión formar parte de su cartel. Porque hay un cartel repleto de conciertos y actividades durante toda la semana, que podéis consultar en este enlace, y a los que os recomiendo que no faltéis. Pero de entre todos, aquí debiera yo contaros los detalles del que nos atañe, el nuestro, el concierto que hemos preparado. Así lo haré, aclarando que será en la tarde de este próximo sábado 12 de julio, a eso de las 20:30 horas, que ya habrán flojao un poco los calores de rigor, o los rigores del calor. A la cita ha de acudirse con una invitación que podéis adquirir como se indica aquí en este otro enlace, aunque he de decir que también habrá disponibles a la entrada del recinto. ¿Que recinto? ¡¡Coño es verdad!!, olvidaba daros la ubicación. Será en la Casona de Puerta Castillo, en el Centro de interpretación del León Romano. No me enredaré mas, que ya es suficiente y os he contado lo necesario…ahora ya está en vosotros el acudir…si es así, nos encantará…
Rodrigo Martínez pone el punto musical a la presentación de «El tren del olvido» en San Feliz de Torio
Amigos, tengo el placer de anunciaros que me ha sido encomendada la labor de aportar el aspecto musical a la sesión inaugural del ciclo de proyecciones de «El tren del olvido», un documental de Isabel Medarde sobre nuestro querido tren de la Feve, que tendrá lugar en la casona de San Feliz de Torio este próximo miércoles 25 de junio a partir de las 19:00 horas, con entrada gratuita hasta completar aforo. Tras la presentación del ciclo y la proyección del documental, habrá un pequeño debate tras cuya culminación ofreceré un micro concierto cuyo contenido está íntegramente relacionado de una u otra manera con el Hullero y su universo particular. Un emotivo viaje al corazón de nuestro tren del norte.
Rodrigo Martínez Dúo en Veguellina de Órbigo.
Volvemos a la carretera. Esta vez nos vamos a orillas del rio Órbigo, aquí cerquina, en concreto al lugar de Veguellina, para dar un concierto a dúo con Sofía Miguélez, maestra curdionera. Será el próximo domingo 25 de mayo, a las 19:00 horas en la sala Fundos. Haremos un repertorio de los que solemos, cantares de la tradición leonesa aderezados con melodías de nueva factura, y no dejaremos de llevar algunas copias de ese nuevo trabajo que presentamos hace a penas un mes: Ruchare. Seria muy bueno veros por allí, nos encantará.
El Albéitar acoge el estreno de «Ruchare», un viaje al corazón de la tradición oral.
«El estreno de Ruchare ofrece una inmersión en la tradición oral leonesa a través de un documental y un disco únicos»
¿Cómo contaros esta historia?. Todo comenzó a mitad del cuento, o al menos yo fui consciente de que había empezado algo ya bien entrado en la aventura, aunque en realidad el verdadero origen de todo fue mucho antes, cuando la cocina era el mundo. Porque hubo un tiempo en que la cocina era el mundo, no era como ahora, que han empezado a desaparecer y se van confundiendo en una niebla borrosa. No. En aquel momento la cocina era el centro del universo, allí se cocía todo, en ella se fraguaban las historias, en ella se contaban, y de ella partían todos los caminos. Yo conocía un buen puñado de ellas, y en muchas me guardaban siempre una silla. Por eso, con unos aparatos prestados muy rudimentarios, di en empezar a grabar una serie que hubo de llamarse precisamente así: «Una silla en mi cocina». Sólo vio la luz un capítulo, este que os dejo aquí. Pero no es que cejáramos en el empeño, es que la cosa se fue transformado poco a poco en lo que hoy aquí os venimos a presentar: RUCHARE, no sólo un documental sobre el fenómeno de la tradición oral, sino que es todo un universo, puesto que en derredor de él orbitan pululantes un puñado de trabajos que irán viendo la luz de a ratos. Hablo en plural, porque casi desde el principio me acompaña en la aventura Ismael Aveleira cámara en mano. Cámara y lo que no es cámara. Pero bueno, no me voy a liar con eso, que podéis enteraros de ello en la publicación que vamos a presentar este próximo viernes 11 de abril a las 20:30 horas en el Teatro Albéitar. Proyectaremos el documental, hablaremos supongo de lo que tengan a bien los presentes, y podréis llevaros a casa la publicación (incluye el docu, un disco de música, y una serie de videos con muchos de los temas, este es uno de ellos). En el trabajo aparecen grandes músicos de la tradición como Maxi, tamburitero de Rabanal, Salvador, a buen seguro uno de los últimos depositarios del antiguo estilo de tocar el «Baile del pais» con el curdión, Aurorina, la mi güelina, Benilde, Nemesio, gaitero de Torrestío, Domingo Sutil, una voz mágica del Bierzo, Beles y Maxi el grillo de Casetas, etc… ¡Qué os voy a decir de ellos!, para mí son amigos, pero en cualquier caso sabios maestros de su arte… Si queréis ir a echar un ojo podéis haceros con las entradas en Músic Center (plaza mayor de León) y en la Cervecería Céltica (c/Cervantes), o en taquilla media hora antes de la proyección. Estará por allí además de Isma y un servidor, Víctor M. Diez, que ha participado con su pluma en el disco. No me quiero alargar mas que ya he sobrepasado todo lo razonable… otro día os cuento más, pero no deberíais perdéroslo.